Un paseo por el Niemeyer, que siempre se deja fotografiar.

Pericia, decisión, técnica, fuerza, habilidad ... y suerte.
Si no se reunen todas estas opciones, lo mas fácil, es que salgas despedido de la piragua, y el agua te engulla.
De repente la figura humana, desaparece y se empieza a pelear con el agua, la corriente, la piragua .... todo delante de tus ojos ... cuando el piragüista rehace su posición y emerge de debajo del agua, tú corazón encogido, respira, toma aire ... casi tanto como el aire que alcanza a llevar a sus pulmones el caonista.

XXXV Descenso del Río Piloña.Rabión de El Arrudu.A ventiseis de Abril del año 2014

Caballos en la niebla

Las yegüas preñadas, en cuanto detectan mi presencia se dirigen hacia mi.Pobres, quien tuviera a mano un puñado de sal para ofrecerselo.
Por si alguien no lo sabe, al ganado le encanta la sal.Los pastores la utilizan como reclamo para agrupar a los rebaños de cabras y ovejas.
Tanta es la apetencia por la sal, que en invierno es habitual, ver a las vacas, bajar a las carreteras de montaña, a chupar la sal que se echa para fundir el hielo.

Y de repente, un extraño ....

Cuando aparecieron los caminantes entre la niebla, tenía la idea muy clara, solo era cuestión de que se acercaran, la curva, las rayas blancas de la carretera, la niebla ... todo estaba preparado.Cuando de repente apareció el coche con las luces encendidas tuve muy claro que el tambien tenía que formar parte de la escena.