Aún no te has ido y ya te estoy añorando ...nieve.
Desde la ventana mágica, nada puede ser mejor
que levantarse y encontrarse con la
nieve.Ténue, leve, ligera nevada muy lejos de
los ochenta centimetros, que en el año 1954
cubrieron las calles del viejo Lucus
Asturum.Yo desde luego no estaba allí en ese
momento, todavía era un proyecto flotando en
el limbo.Pero así me lo contaron y así os lo
cuento.
Cuando desvarío, suelo coincidir con las
canículas de Agosto, entonces echo
maldiciones e imploro a los espíritus que
caiga una nevada que llegue a la altura del
ático donde vivo,Para así cobrar a los
vecinos un peaje por salir a la calle.
Creo que exagero un poco , pero esa nevada de
los años cincuenta me haría feliz.
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