sábado, 31 de enero de 2015





Barayones
Hay veces que las situaciones negativas se convierten en positivas, sin pretenderlo.
La mañana fría e invernal, envuelta en niebla y frío, no invita a caminar por la montaña.La carretera al Puerto de San Lorenzo se encontraba helada, mucho cuidado con la conducción y ningún lugar donde poder estacionar el coche.
La Braña de Tuiza, al pié de la carretera, mantenía con una muralla de nieve, su habitual aparcamiento.
No quedaba mas remedio que subir al puerto y esperar encontrar un lugar donde dejar el coche.
Siempre lleva tiempo prepararse para la marcha.Que no quede nada olvidado y si es invierno, el colocar las polainas, las raquetas, los guantes, gafas y demás , como decía lleva su tiempo.
El relieve casi no se percibe, la nieve está virgen y con raquetas se hunde unos treinta centimetros,resulta fatigoso e inútil avanzar.La pretensión era caminar un poco, sacar alguna foto y regresar.
De repente a los lejos aparece una columna de montañeros con raquetas, los dejamos pasar y entendimos que su ruta era una circular. Con calma los dejamos avanzar, al ser muchos, lo habitual es que el ritmo sea mas pausado, ideal para disfrutar y dejarse llevar por las rampas que conducen a Piedraxueves, bajar por el curso del río a la Braña de Chamaraxil y cerrar en la Braña de Tuiza.Nuestro destino inicial.
Bajar por el curso del río resultó mas complicado de lo previsto, saltar, cruzar el arroyo, varias veces.Hasta que asaltan las dudas, envueltos entre la niebla.Este verano habia visitado la Braña de Chamaraxil, por lo que era cuestión de avanzar entre la niebla y la nieve y alcanzar la bien ganada braña.
Lástima que la visión de Trameu y la Vallina fuera incompletos pues el paisaje ,es impresionante cuando está despejado.Solo quedaba completar la ruta y alcanzar Tuiza.